Legislación Laboral y práctica impositiva para 3ro B

DERECHO DEL TRABAJO

LAS ASIMETRÍAS EN EL MERCADO LABORAL Y SUS CONSECUENCIAS DE DESIGUALDADES ECONÓMICAS Y SOCIALES.

En esta unidad desarrollaremos las consecuencias jurídicas de una de las actividades más importantes que realiza la criatura humana: el trabajo.

El hombre desde que nace debe realizar una actividad para procurarse el sustento. Llorar para ser alimentado es su primer trabajo. Luego el hombre crece, se desarrolla y realiza todo tipo de actividades para vivir, sean éstas para su bienestar físico como para desarrollar sus potenciales espirituales.

Esta inseparable conjunción del hombre y el trabajo, en sus diversas formas, nos muestra que el trabajo es esencial para el ser humano y forma parte de sus atributos elementales como son la dignidad y la libertad. Ambas van unidas de la mano, y, así, podemos afirmar que no existe la una sin la otra.

La procuración del alimento por sus propios medios da al hombre libertad en tanto no tiene que suplicar, mendigar o someterse a otro para subsistir.

Ahora bien, en una sociedad primitiva, elemental, el mundo del trabajo era simple y cada hombre se procuraba por sí mismo el lugar donde dormir y que comer.

Hoy, una sociedad de tales características solo existe en escasos contextos geográficos.

Las sociedades actuales son complejas y el ser humano agrupado tiene esas necesidades básicas de comer y protegerse de las inclemencias del tiempo, pero hay otros seres con los que distribuye el hacer.

La irrupción de la domesticación de los animales, la máquina y, hoy, la informática centuplicó las necesidades de la criatura humana que aprendió a servirse de todos esos elementos para su bienestar y alivio de su esfuerzo físico.

Lo primero que descubrió el hombre es que, además de lo que él puede hacer, puede obtener otros bienes que hacen otras personas: así nace la división del trabajo y el intercambio. En las agrupaciones humanas, unos cultivan, otros fabrican túnicas, otros hacen sillas y así infinitamente. Se juntan e intercambian sus productos.

Es de notar aquí que esta actividad se asienta en la solidaridad humana, ya que el trabajo de uno aporta y beneficia a otros que nos proveen de aquello que necesitamos y que solos no podríamos hacer por falta de tiempo, lugar, etcétera. O porque el trabajo que realiza uno es el sustento necesario para una obra final ejemplo: el que fabrica las piezas de un motor, el que lo ensambla en un auto, el que fabrica las ruedas… todos trabajan para un resultado final que puede ser un camión o auto.

Pero el trabajo es esfuerzo, y el hombre aprendió, primero, a servirse de los animales y, hoy, afortunadamente, de la máquina, para alivianarlo.

En esta sociedad tan compleja en la que vivimos, el trabajo artesanal ya no es redituable frente a la producción en serie y masiva. En este momento de la historia surge un problema: las máquinas tienen tan alto costo que se hace muy difícil poder adquirirlas. Solo pocos pueden comprarlas y poseerlas. Estos son los dueños de los medios de producción. Ahora bien, las máquinas, en sí mismas, no tienen nada más que un valor como objeto; para dar ganancias se necesita que las operen y con ellas produzcan mercaderías, cosas, bienes que, puestos en el mercado, se vendan y así obtener más ganancias.

Aquí nace el dilema. El hombre necesita trabajar, para ello pone en el mercado de trabajo su fuerza productiva, sea física y/o intelectual, y debe negociar frente al otro interlocutor que es el dueño de los medios de producción, de la organización que requiere el trabajo.

¿Cuál es la dificultad en esta negociación? Que uno de ellos es más poderoso que el otro e impone el valor de la retribución y las condiciones en que debe realizarse la tarea. Del otro lado no hay una sola persona, sino muchas que también requieren el puesto de trabajo, y entonces el poderoso impone sus términos. Además, hay otra gran dificultad para los más débiles: el dueño puede esperar, solo tiene que esperar el ingreso de su ganancia. El trabajador no puede esperar; detrás de él hay una familia que tiene necesidades y él mismo las tiene. Por eso en esta materia se habla de las asimetrías, de la posición de debilidad del trabajador que no puede negociar nada solo y debe aceptar, por regla general, la tarea, el horario y la remuneración sin posibilidades de hacer valer su posición sobre el precio de su tarea.

De allí la conveniencia de que se agrupe en asociaciones o gremios, que más adelante analizaremos.

Por supuesto que no siempre ocurre de este modo en la contratación laboral, ya que. si se trata de un profesional, médico, ingeniero, dentista, abogado, escultor, escritor, docente, etcétera, probablemente su instrucción lo colocará en una posición más aventajada para discutir las condiciones laborales. Pero cuando la posición dominante está en manos de una gran empresa también se reducen las posibilidades de discusión, y, el trabajador, aun profesional, tiene que aceptar los términos que el otro le impone.

CONTEXTO HISTÓRICO DEL NACIMIENTO DEL DERECHO DEL

TRABAJO

En las sociedades primitivas y en general en el mundo antiguo se puede observar que generalmente el hombre desarrollaba tareas por cuenta propia o por cuenta ajena. El típico trabajo por cuenta propia era desarrollado por el artesano quien por su propia voluntad y libremente se dedicaba a elaborar algo y luego lo ofrecía en el mercado. Pero a veces ocurría que este artesano era contratado por alguien para realizar un trabajo determinado, como por ejemplo, confeccionar un traje, construir una mesa, fabricar un carro, etcétera. Esta contratación era libre y el artesano o trabajador asumía la tarea por cuenta ajena.

Paralelamente, en estas sociedades existía el trabajo esclavo en las que se consideraba que quien lo prestaba no era una persona sino una cosa y, por lo tanto, carecía de libertad. Su dueño o amo disponía de él como un objeto más de su patrimonio. Por lo tanto quien era dueño del esclavo también era dueño de su trabajo.

La sociedad medieval se caracterizaba por la concentración de poderes públicos y privados en el señor feudal. La relación jurídica relevante en este período era la servidumbre, que facultaba al señor feudal, propietario de la tierra, a exigir de los cultivadores y habitantes de aquella, prestaciones y servicios.

Por lo tanto, no existía el trabajo libre como nosotros lo entendemos hoy, y solo lo vislumbramos en los afanes de independencia de los artesanos y comerciantes surgidos como estamentos sociales en las ciudades frente a los señores feudales.

El trabajo libre se daba en la vida urbana a través de la industria de artesanos, desarrollada en pequeños talleres familiares que, lentamente, generaron una organización profesional y adoptaron la forma gremial.

Derecho del trabajo

Pero estas organizaciones de artesanos o gremios estructuraban el trabajo bajo condiciones estrictas y monopólicas ya que no se podía ejercer un oficio si no se pertenecía al gremio. Tenían escasa movilidad los puestos que se encontraban jerárquicamente organizados, desde el maestro hasta

el aprendiz. La dirección y gobierno estaba a cargo del maestro que, habitualmente, cesaba en su puesto al morir. Decimos que esta actividad artesanal era libre, en apariencias, ya que eran los gremios quienes establecían la reglamentación que debía regir en las relaciones entre las partes.

La sociedad industrial surgió con la irrupción de la máquina a vapor en la producción y el desarrollo de la tecnología aplicada a la producción.

Pero no fue el único ingrediente de la revolución social que se produjo.

Pensemos en el choque entre las estáticas estructuras de los gremios en plena decadencia con la burguesía naciente.

En el marco económico, el liberalismo abrió las puertas a la ley de la oferta y la demanda.

En lo político se consagraron los principios de la libertad y de la igualdad poniendo el acento en la autonomía de la voluntad, relegando a un segundo plano la intromisión del Estado.

El trabajo humano solo era regulado por dos contratos: la locación de servicios y la locación de obra.

Pero esta autonomía de la voluntad era falsa ya que uno de los contratantes, el trabajador, se encontraba en inferioridad de condiciones, en estado de necesidad y era la parte débil del contrato, lo que originó serios abusos.

Los trabajadores estaban obligados a laborar largas jornadas, sin descanso semanal, con trabajos extenuantes e insalubres, sin vacaciones pagas y con jornales paupérrimos. Se contrataban mujeres y niños para abonar salarios más bajos e imponer inimaginables atrocidades.

Así, a fin de humanizar el trabajo, el Estado comenzó a dictar ciertas normas que mitigaran e impidieran los abusos. Si bien estas normas eran de carácter administrativo, fueron dictadas con la finalidadde proteger a la persona de los trabajadores menores de edad y a las mujeres, prohibiendo ciertas tareas peligrosos, reglamentando el horario de trabajo, los períodos de descanso, etcétera. Poco a poco se fue dictando una normativa propia para regular las relaciones de trabajo y el nacimiento de una rama autónoma y específica.

Mercado de trabajo

Derecho de trabajar

Una de las aspiraciones del ser humano es lograr una ocupación que a la par que le permita obtener los ingresos necesarios para su sustento y el de su familia, le facilite el desarrollo de la personalidad.

Por lo tanto, si bien cada hombre no tiene un derecho subjetivo para que un empleador determinado le “dé trabajo”, uno de los presupuestos básicos de la política socioeconómica que debe orientar al Gobierno es el de dar posibilidades (crear condiciones) para que todos los que tienen aptitud para trabajar puedan hacerlo en una actividad en armonía con su habilidad y sus deseos. Este derecho no debe confundirse con el de la llamada propiedad del empleo.15 No se trata de mantener éste aunque no sea útil para la comunidad, sino que se asegure la posibilidad de hallar uno (bien cuando se ingresa al mercado de trabajo, bien cuando se ha perdido el que se tenía).

TRABAJO PRÁCTICO – GUIA DE LECTURA

  1. Analizar las asimetrías en el mercado laboral en el mercado laboral y las consecuencias que se producen en cuanto a las desigualdades económicas y sociales.
  2. Describir el contexto histórico del Derecho del Trabajo.
  3. ¿Cómo analizas el mercado laboral actual, de acuerdo al texto?
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